martes, 27 de mayo de 2008

Centenario de la muerte de Juan Ramón Molina

MADRE MELANCOLIA

A tus exangües pechos, Madre Melancolía,
he de vivir pegado, con secreta amargura,

por que absorbí los éteres de la filosofía

y todos los venenos de la literatura.


en vano –fatigada de sed el alma mía-
sueña con una Arcadia de sombra y de verdura,

y con el don sencillo de un odre de agua fría
y un racimo de dátiles y un pan sin levadura.

Todo el dolor antiguo y todo el dolor nuevo

mezclado sutilmente en mi espíritu llevo

con el extracto de una fatal sabiduría.


Conozco ya las almas, las cosas y los seres,

he recorrido mucho las playas de Citeres…
¡Soy tu hijo predilecto, Madre Melancolía!

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